Eutanasia en mascotas, afrontando una decisión difícil

Sin llevar un proceso de duelo adecuado, la pérdida de una mascota es un trance que puede acabar afectándonos profundamente. Si a ella sumamos que tuvimos que recurrir a la eutanasia, nuestro pesar puede multiplicarse.

La muerte de un animalito parte de la familia, que ha estado conviviendo años y años con nosotros, es una experiencia que puede acabar afectando mucho más de lo que nos imaginamos. Siendo conscientes debemos dejar en claro que la eutanasia es el último recurso y solo hay que practicarla en caso de que un veterinario lo diagnostique como lo más adecuado para evitar el sufrimiento del animal. 

“El diagnóstico veterinario tendrá en cuenta que la mascota haya visto reducida su calidad de vida de forma significativa, que no haya posibilidades de recuperación y que esté sufriendo”

Nuria Gómez Constanzo, veterinaria de Clinicanimal (Tiendanimal).

La decisión más difícil

Es muy importante que el veterinario pueda explicar e intentar hacer entender lo más claro posible al dueño sobre la enfermedad que tiene el animal; que no se puede tratar, curar, ni aliviar, o que afecta a funciones básicas como moverse, respirar adecuadamente o comer.

El veterinario plantea la eutanasia como última opción, pero la decisión final es siempre del dueño

Es normal que durante esta etapa surjan muchas dudas, como por ejemplo:

  1. ¿Cómo funciona la eutanasia? Hay diferentes opciones y se puede hacer en una clínica. Se puede optar por una sedación previa antes del eutanásico, así “la mascota no es consciente del momento en que se duerme”, puntualiza Guardiola. Sea donde sea, debe ser administrada por personal cualificado, con un proceso respetuoso y con la intimidad que el animal se merece, añade Gómez. Los expertos recomiendan una clínica sobre todo porque la mayoría de centros veterinarios cuentan ahora con espacios donde las familias puedan acompañar a su mascota.
  2. ¿Acompañar o no a la mascota? Sin duda es uno de los momentos más dolorosos y los profesionales veterinarios creen que esta es una decisión muy personal. “Si los dueños deciden estar allí con su mascota, pueden ayudar a que el animal no se sienta desamparado ante algo que no conoce”, matiza Esther Guardiola, que también es propietaria de la clínica móvil Veterinario en casa.

Afrontando la eutanasia a nivel emocional

Es importante conocer las etapas del duelo para saber que hay ciertas cosas que son normales en esta etapa. Superar la muerte de un animal que ha formado parte de la familia y de nuestra vida es difícil de afrontar.

“Si no se maneja el duelo de la manera adecuada no solo puede ocasionar sentimientos de culpa, sino otros problemas como depresión, ansiedad, algún tipo de fobia (en ciertas edades), trastornos de dependencia o afectivos…entre otros”,

Gema Hernández Molina, coordinadora del Grupo de Trabajo de Terapias asistidas con animales y bienestar animal del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC).

Para afrontar el duelo ante la eutanasia de un animal conviene:

  1. Contar con información médica. El veterinario no solo debe aconsejar la eutanasia sino que puede detallar los criterios que se toman para proponer dicha eutanasia y cómo va a ser este proceso (indoloro, tranquilo…etc). Saber que no había otra opción ayudará a elaborar el duelo. “Y, además, contrarresta ese sentimiento de culpa o autorreproche que suele aparecer en este tipo de duelo”, puntualiza Hernández, que también lidera el Grupo Lur, un centro de terapia asistida con animales.
  2. No dejes la decisión a terceros. Otro punto que Hernández aconseja es evitar que otros tomen la decisión de eutanasiar al animal. Es importante que la decisión la hayas valorado y tomado tú mismo. Dejar que otros lo hagan solo hará que el duelo sea más complicado porque se tiende a echar la culpa a terceros.
  3. Infórmate sobre el duelo. Es importante que conozcas las etapas del duelo para saber que hay ciertas cosas que son normales que te pasen. Como la etapa de la negación, cuando empezamos a decirnos “esto no puede ser”, “no me va a pasar a mi¨…. Luego puede venir la fase del enfado, la ira, la negociación interna contigo misma (qué va a pasar ahora) o la etapa de la depresión. “Si no lo trabajas a tiempo puede desencadenar en un duelo mal elaborado que puede generar algún problema de salud mental”, recuerda Hernández
  4. Haz una despedida. Un ritual funerario ayuda muchísimo a la aceptación, indica la psicóloga del COPC. Si hay niños, otros animales en casa u otras personas necesariamente tienen que despedirse del animal. Incluso, Hernández plantea encontrar un espacio para que amigos, compañeros del parque que han estado con él puedan despedirse. Ellos también necesitan cerrar el ciclo.
  5. Piensa en la ayuda profesional. Hablamos de un psicólogo. Lo ideal sería buscar ayuda antes de eutanasiar al animal para que te pueda orientar sobre lo que son las etapas de elaboración del duelo, que te explique qué es normal y qué no. Pero si no has tenido la ayuda psicológica previa y persiste el enfado o el bloqueo emocional, es el momento de buscar a un profesional.

¿Cómo se le explica a los niños?

Tal como indica la psicóloga Gema Hernández, es importante explicarles la realidad de la situación, lo que está pasando, las etapas de la vida, si el animal está enfermo, si está mayor o que está sufriendo mucho.

¨No hay que quedarnos en decir que vamos a dormir al animal porque muchas veces los niños se lo toman literal. Y puede crearles angustia porque luego lo relacionan con el dormir y piensan que se pueden morir mientras duermen”

Gema Hernández

Una buena opción es trabajar con rituales, por ejemplo, hacerle un pequeño altar en casa donde el niño pueda dirigirse y decirle cosas bonitas, hacer un cierre de despedida con dibujos o escribir algunas palabras. O recurrir a empresas que elaboran recuerdos muy originales como joyas con la huella de la patita de la mascota o que mezclan la propia ceniza del animal con plata o acero, que es como llevar un recuerdo siempre.

La vida sin la mascota

Una vez que ha pasado el duro trance de la eutanasia, hay que cumplir ciertos requisitos, como dar de baja el chip de nuestra mascota. Su cuerpo puede tener una incineración colectiva (en la que no se te regresan las cenizas, individual o enterrarlo en un cementerio de animales. En muchos estados la ley prohíbe enterrar cadáveres de animales en espacios que no estén habilitados legalmente para ello.

Con los años, los servicios funerarios para mascotas han incrementado sus servicios, ofreciendo desde la tradicional despedida con velatorio, cremación y entrega de cenizas a la más impersonal de que la empresa se encarga de todo y lleva las cenizas al domicilio junto con el certificado de cremación.

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