Dra. Claudia Edwards P. ,Humane Society International Profesora de la FMVZ-UNAM, Medicina de la conducta
Comúnmente pensamos en el estrés como el resultado de condiciones que enojan y alteran, pero este se puede dar en la vida cotidiana, tan solo por perder de vista lo que tu gato necesita.
Comencemos respondiendo ¿Qué es el estrés? La Real Academia de la Lengua Española lo define como: una tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves; para Broom (un etólogo inglés muy reconocido) el estrés es un efecto ambiental en un individuo, el cual presiona sus sistemas de control y reduce su bienestar o aparenta hacerlo.
Si te fijas, en realidad, las dos definiciones quieren decir lo mismo, el estrés es una situación que puede disparar reacciones fisiológicas y/o conductuales que pueden llevar a la disminución del bienestar o de la calidad de vida de un individuo. El estrés es un proceso cuya reacción primaria es de alarma, después aparece un estado de resistencia o adaptación, y si continúa por suficiente tiempo, un estado de agotamiento que puede llevar a la muerte.
Estrés en animales
Analicemos lo que sucede cuando un animal se encuentra ante alguna situación de estrés: La reacción de alarma involucra la secreción de adrenalina que aumenta la frecuencia cardiaca y respiratoria, eleva el nivel de glucosa en sangre, incrementa la afluencia de sangre a los músculos e inhibe la actividad del tracto digestivo; todo esto le permite al organismo defenderse o escapar.
Si el estrés continúa, el siguiente cambio es inducido por el aumento de la secreción de hormonas como el cortisol, que inhiben la liberación de hormonas tiroideas y de las gónadas, lo que retrasa el crecimiento del animal y restringe la reproducción.
El estrés no es necesariamente negativo, lo que sí es negativo es que tu gato viva en un estado de estrés constante que obligue al organismo a llegar a la fase de agotamiento la cual tiene como consecuencia la muerte, no es común ver este último estadio en los animales de compañía, pero sí lo es en los animales de zoológico o en los delfines de los delfinarios.
Factores más frecuentes en invierno
Cada gato puede estresarse por diversas situaciones, lo que es estresante para un animal no lo es necesariamente para otro, también la intensidad del estímulo estresante puede ser una variable a tomar en cuenta para cada individuo. Pero digamos en términos generales lo siguiente puede ocasionar estrés físico o mental a tu gato en esta temporada:
1. Privación de alimento y agua
No proveer a tu animal de compañía de una fuente de agua fresca las 24 horas del día o bien darle de comer cada vez que te acuerdas, son situaciones de mucho estrés. En el caso de los gatos es vital mantener comida todo el día.
2. No proveerle resguardo de las inclemencias del medio
Que tu gato no tenga sombra durante los días calurosos o un techo para los días lluviosos y un refugio para los días de mucho frío.
3. Falta de atención médica
Se considera un factor de mucho estrés que un animal esté enfermo o tenga necesidad de que un Médico Veterinario lo revise y no llevarlo a este, el “auto-medicarlo” o simplemente negarle la atención médica y llevarlo sólo cuando el perro ya se esté muriendo empeora la situación médica enormemente mediante los mecanismos que ya expliqué anteriormente.
4. Falta de juegos y juguetes apropiados
El ejercicio propiciado por estos tres elementos permite al gato desarrollar sus conductas naturales, mantenerse sano y en forma. Para los gatos juego, juguetes y lugares para trepar son indispensables.
Procura observar mucho a tu gato y cuando notes que algo no anda bien, consulta a tu veterinario de cabecera; es mejor detectar los problemas cuando comienzan, ya que es más fácil tratarlo en estos momentos que más tarde.
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