Animales de la noche

Fuera mitos. Conoce y maravíllate con nosotros, con algunos de los animales más famosos de las historias de misterio.

Lobo (Canis Lupus)

Es el antepasado más directo de nuestros perros, el gran padre Lobo, que fincó las características de origen para los caninos que hoy nos acompañan en casa. Así como los domésticos, han aprendido a adaptarse a casi cualquier situación, excepto a la persecución del hombre.

Es el más grande de los Canis, si ponemos en una media a cada especie, pues algunos perros gigantes pueden rebasar al lobo promedio.

Por sus peculiaridades genéticas, se considera que en Especie, un perro doméstico es un lobo, de la subespecie Familiaris, junto con el Dingo (C. l. dingo) y más de 30 subespecies de Lobos, entre quienes la más común es el Canis lupus lupus.

Son cazadores de manada, aunque mucho menos estratégicos que los leones, por ejemplo. De hecho, parecen estudiar más la defensa de su territorio, en donde sí ejercen estrategias, que la cacería, a la que acuden en relativa igualdad de circunstancias entre miembros.

Comen todo tipo de ungulados, bovinos, caprinos, vacunos y equinos, pero si es necesario y éstos escasean, atacarán a otros mamíferos, como zorros, liebres o felinos menores. En tiempos de hambruna, pueden incluso consumir frutas.

Búho Real (Bubo Bubo)

La mirada retadora de este genio de los aires, hace justicia a su poder en los cielos de Europa, parte de África y la mayoría del terreno en Asia. Es uno de los máximos representantes de la familia Strigiforme, y uno de los más ampliamente distribuido en el género Bubo.

Su lugar en la lista de los superdepredadores se lo ha ganado incluso a costa de la vida de otros búhos y aves rapaces que nadie más se atrevería a retar. Aunque algunas subespecies son muy pequeñas, como el Bubo bubo nikolskii, la mayoría son tan fuertes en garras y tan hábiles en el vuelo, que atacan a lagomorfos de buen tamaño, tanto como a roedores y aves pequeñas. Los ejemplares más grandes, pueden cazar zorros pequeños y hasta matar crías de ciervo.

Aunque son aves solitarias durante la mayor parte de su vida, suelen ser monógamos y muy fieles a un sola pareja, a la que sólo visitan en la época de reproducción. Su taza de vida es incierta, pero se calcula que puede llegar a los 20 años en vida libre, aunque en cautiverio puede doblar esta expectativa con facilidad.

Sin comentarios

    DEJA UNA RESPUESTA