Quienes han vivido una mudanza sabe que son complicadas y estresantes. Si a ella le sumas una mascota, puede tornarse muy difícil.
Para algunas mascotas, como los perros, todo está bien si están junto a su persona o personas favoritas, pero otro tipo de animalitos pueden padecer ansiedad si descubren que su entorno se está modificando. El inicio de una mudanza trae el ir y venir por la casa, empaquetando objetos y moviendo muebles, que resultan incómodos para mascotas que aman la costumbre, como los gatos.
Aunque la mudanza sea de un día para otro (algo casi inexistente, pues regularmente ocurre paulatinamente durante algunos días), saber que empiezan a perder los muebles, aparecen cajas y cajas y el clima con sus tutores es de tensión.
El nuevo hogar
Y la llegada a la nueva propiedad no disminuye este sentir. Dormir en cuartos desconocidos y descubrir nuevos espacios, sin contar los ruidos y olores que nunca habían experimentado, resulta muy excitante y llega a generar ansiedad y pánico.
Para perros ansiosos esto puede provocar comportamientos fuera de lo habitual por algunos días, pero pueden prolongarse en exceso y volverse un problema. Muchos otros se sentirán igual siempre y cuando vean que su tutor o persona favorita no ha cambiado y sigue ahí.
Otro rasgo que puede verse en perros, sobre todo aquellos provenientes de otro hogar o perrera, es la dificultad para orientarse los primeros días. Para ellos lo más recomendable es ofrecerles atención para que no asocien tanto movimiento como un próximo abandono.
En lo posible, es muy recomendable realizar algunos paseos por el nuevo barrio y hasta en la nueva propiedad días antes de la mudanza, así empezará a reconocer ruidos, olores y colores que le harán sentir más confianza una vez ya no haya marcha atrás.
A los gatos, a pesar de ser muy de costumbres, encontrarán más rápidamente acomodo en el nuevo hogar y pocos son los que pudieran presentar alguna molestia. Procura seguir con sus horarios de comida y juego, así como estar pendiente de cualquier comportamiento diferente que pudiera tener. El mismo michi podrá decirte si un espacio le da miedo, cuál será su lugar favorito y en dónde se siente más seguro para dormir.
Servicios profesionales en mudanza
Si nuestra mascota conserva algunas características de ansiedad o mala adaptabilidad, lo más conveniente podría ser llevarlo a una guardería durante la mudanza, así evitaremos viva el ajetreo de la misma. Esta recomendación es más útil si la mascota ya ha visitado alguno de estos lugares, de lo contrario podría resultar igual en un comportamiento rechazando el cambio.
Es muy recomendable también investigar si el servicio de mudanzas cuenta con capacitación para tratar con mascotas. Algunos servicios ya cuentan con protocolos para incluir a la mascota en el proceso, considerándola mientras se embala y llevándola durante el viaje.
Una buena bienvenida
A la llegada a su nuevo hogar se debe sentir querido y un buen premio o un lugar en la casa ya montado con sus cuencos, juguetes y cama listo para él, puede hacerlo sentir esperado y disminuir la tensión de tanto movimiento a su alrededor, además de demostrarle que las cosas se mantienen iguales en su dinámica con sus tutores.
Para perros, las primeras salidas deben ser de exploración y de asimilación de olores, déjalo recorrer el área y que huela todo lo que desee, prémialo una vez terminado el viaje para que lo asocie con algo positivo.
Con la mudanza, sobre todo si es lejana a la anterior vivienda, se debe tener el contacto de todo servicio para tu mascota, principalmente del veterinario. Prepara previamente formas de contactarlos, cuáles son sus horarios y cómo responden ante las emergencias, ¡será un alivio tenerlos y no utilizarlos!
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