Lo ético en el control de la reproducción de mascotas

No es secreto que la reproducción descontrolada de mascotas supera la capacidad de albergues en todo el mundo.

​El control tradicional de reproducción basado en la cirugía parece chocar con los nuevos cánones de concienciación animal que irrumpen en las sociedades.

En las últimas décadas, la castración quirúrgica es el método más utilizado para el control de la reproducción de las mascotas en el mundo. Este proceso consiste, en las hembras, en extirpar los ovarios y/o el útero. Y en los machos, en extirpar los testículos o cortar el tubo de los conductos deferentes, lo que se conoce como vasectomía.

Cifras alarmantes

En EU, de 6 a 8 millones de animales están en refugios, y solo la mitad encontrará un hogar adoptivo, mientras que la otra mitad serán sacrificados.

Los perros y gatos callejeros plantean diversos riesgos para la vida silvestre, solo por mencionar la contaminación ambiental, o la depredación de especies autóctonas, entre muchas otras, así como para la salud pública, como transmisión de zoonosis, o daños a la propiedad de las personas.

No son pocos los países que toman iniciativas para solucionar el problema, como en Bélgica, donde desde el 2018 todos los gatos deben ser esterilizados.

Alternativas a las castraciones quirúrgicas

Por otro lado, la “humanización” y la búsqueda por más leyes que consideren a las mascotas, han generado un frente a la esterilización tradicional, donde se pide se cambien los métodos utilizados para considerar las recientes expectativas sociales.

Por ejemplo, desde el 2014 en Noruega, es ilegal realizar esterilizaciones quirúrgicas a las mascotas, salvo razones médicas. Lo mismo sucede en Alemania, donde desde el 2018 es ilegal castrar quirúrgicamente a las mascotas como una rutina o por exigencia única del tutor.

La necesidad real de esterilización y la búsqueda por el respeto a la integridad de las mascotas, ha promovido el desarrollo de nuevas técnicas de esterilización no basadas en la cirugía.  

En el caso de los perros, existen alternativas reversibles a la castración quirúrgica a través de un implante subcutáneo del tamaño de un microchip que se desintegra con el tiempo. Estos implantes de deslorelina actúan sobre la hipófisis, bloqueando toda la cascada de hormonas sexuales.

Antes de considerar cuál es el método ideal para esterilizar a tu mascota, consulta a tu médico veterinario.

Con información de Diario Veterinario.

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