¡No son bigotes!

Bueno, es un poco exagerado el regaño, pero el nombre real de los bigotes es vibrisas.

Estas geniales extensiones de pelo, que resultan un rasgo tan clásico en los gatos, tienen una función mucho más importante que sólo adornar su cara.

Las vibrisas son un factor determinante en la propiocepción del gato, es decir, en su capacidad para ubicar e identificar todo su cuerpo en el espacio, equilibrarse, calcular las distancias para brincar, la ubicación de las cosas en la oscuridad o la dimensión en pasos angostos.

Aunque los perros también tienen vibrisas, no son tan increíblemente sensibles como en los gatos, y por eso en los felinos pueden encontrarse algunos con bigotes asombrosamente largos, que siguen creciendo conforme envejecen. De hecho, no solo crecen en la cara. Esas cejas super largas, o pelos más gruesos en hombros y patas, ¡son de la misma naturaleza!

Son tan importantes para un gato, que en algunos países de Europa te podrían acusar de maltrato animal si se los cortas durante la estética.

¡Y creemos que así debería ser considerado en todo el mundo!

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