Diagnóstico para mascotas: un mercado en expansión

El primer gasto para un tutor es el alimento de su mascota, el segundo gasto es la atención veterinaria.

En el sector de la salud de las mascotas, el diagnóstico es uno de los segmentos más interesantes y atractivos. Al igual que con los humanos, el diagnóstico basado en pruebas de laboratorio como los análisis de sangre, orina, muestras fecales y salud cardíaca o las citologías, puede ayudar a determinar la enfermedad o lesión de la mascota.

Tras el diagnóstico, el seguimiento de un tratamiento específico y adaptado puede elevar las posibilidades de recuperación.

Progresos y tecnologías

El mercado de diagnóstico para mascotas se divide en pruebas en el punto de atención y laboratorios. El campo de las pruebas en el punto de atención, que se llevan a cabo en las clínicas veterinarias, ha experimentado un enorme progreso tecnológico, siendo cada vez más los métodos de análisis con que cuentan los veterinarios.

Las pruebas también pueden realizarse en grandes laboratorios de referencia, que, además, utilizan métodos más avanzados y específicos como la citología, la biopsia o los test de anticuerpos.

En los dos últimos años el mercado de diagnósticos ha crecido con fuerza. De hecho, el mercado de los diagnósticos para animales se ha equiparado al humano, lo que permite que las mascotas reciban diagnósticos muy similares a los de sus dueños. Sin embargo, existen dos importantes diferencias en la estructura de ambos mercados.

Diferencias entre el diagnóstico humano

La primera es que, a diferencia de la salud humana, la asistencia sanitaria de las mascotas suele requerir el pago inmediato, por lo que, al no haber terceros pagadores, la atención veterinaria no tiene que lidiar con problemas de reembolso ni con presiones para ajustar los precios. La segunda es que las tasas de utilización del diagnóstico para mascotas siguen siendo comparativamente bajas.

En los EE. UU., solo el 22% de las consultas a animales enfermos incluyen un diagnóstico basado en análisis de sangre. Las clínicas que hacen un uso más frecuente de estas técnicas registran una tasa de utilización de los equipos de diagnosis de apenas el 40%.

Además de los diagnósticos derivados de las visitas regulares por enfermedades graves, han cobrado importancia las llamadas «visitas de bienestar» al veterinario, equiparables a los chequeos periódicos humanos. Hasta ahora solo el 9% de estas consultas de bienestar incluyen algún tipo de prueba diagnóstica.

Con información de Andreas Fruschki para rankiapro

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