Grandes mitos (y realidades) sobre la esterilización

Hay ámbitos que inundamos de mitos, sin tener la información adecuada. esterilizar, con todo lo positivo que conlleva, es uno de ellos. Entérate de las realidades acerca de este importantísimo procedimiento.

MVZ MPA Carlos Esquivel Lacroix

Seamos directos y muy claros: Si usted no se dedica a la crianza formal y responsable de perros o gatos, esterilícelos, ellos pueden vivir normalmente y sanos sin reproducirse.

Existe el MITO de que estos animales deben tener crías al menos una vez, para completar su ciclo de vida o de lo contrario padecerán enfermedades mortales o que se debe esterilizar a las hembras después de su primer ciclo, entre varios más. FALSO, se puede esterilizar a los perros y gatos desde las 8 semanas de edad, sin que esto suponga un riesgo o acarré problemas para su desarrollo posterior. Con esta medida usted ayudará a controlar el serio problema de sobrepoblación canina que tiene nuestro país.

He aquí algunos de los mitos más frecuentes

MITO: Mi mascota va a engordar y se volverá floja.

REALIDAD: Después de la esterilización, efectivamente existe la tendencia al aumento de peso por la falta de movilización de grasa (inducida por la deficiencia de hormonas esteroides) pero también es muy importante recordar que en la mayoría de los casos, las mascotas son obesas porque sus dueños las alimentan inadecuadamente y no les proporcionan un programa de ejercicio suficiente.

MITO: Es mejor que la perrita tenga una primer camada para que cumpla su ciclo de vida, y después esterilizarla.

REALIDAD: La evidencia médica y la información científica disponible actualmente, indican lo contrario. De hecho, los resultados de años de estudio muestran que las hembras esterilizadas antes de su primer celo, son más sanas que las esterilizadas posteriormente. Actualmente muchos Médicos Veterinarios esterilizan perros y gatos a partir de las ocho semanas de edad.

Razas “puras”

MITO: Mi animalito es de raza pura y por lo tanto, lo quiero reproducir porqué será un buen negocio.

REALIDAD: Como se mencionó anteriormente, los únicos ejemplares que deben ser reproducidos por criadores profesionales y responsables, son aquellos cuya función zootécnica es la de ser un ie de cría, los demás deben ser esterilizados. Por otro lado, en países como los Estados Unidos de América e incluso México, se ha observado que por lo menos 1 de cada 4 animales que terminan en un centro de control canino o refugio humanitario, son de raza pura o lo parecen.

MITO: Mi perro es para guardia o protección y si lo esterilizo perderá este temperamento.

REALIDAD: La esterilización no afecta ni cambia el instinto natural del perro para proteger su hogar y a su familia. El temperamento de un perro es más influenciado por la genética y el entorno en el que vive, que por las hormonas sexuales.

El hijo de mi mascota

MITO: Amo tanto a mi perro o gato que me gustaría que tuvieran cachorros para quedarme con uno y “perpetuar” su compañía.

REALIDAD: Un perro o un gato pueden ser excelentes mascotas y muy queridas por sus propietarios, pero eso no significa que su descendencia será una copia fiel de ellos. Estudios científicos realizados en especies como el bovino, en los que ganaderos profesionales han seguido y estudiado por generaciones la descendencia de ejemplares excelentes, han demostrado que en muy pocas ocasiones se logra tener un ejemplar parecido a los padres en los aspectos positivos, y que incluso, pueden obtener animales con mayor cantidad de defectos.

MITO: La esterilización es un procedimiento caro.

REALIDAD: Actualmente existen alternativas de bajo costo para llevar a cabo una esterilización. Por otro lado, el costo de la esterilización depende del sexo, la talla y la edad de los animales de compañía, de los honorarios del Médico Veterinario y de una serie factores. Independientemente del precio, en términos de costo-beneficio, el segundo es mucho más grande si lo prorrateamos entre el tiempo de vida del animalito, ya que la esterilización quirúrgica se realiza sólo una vez y generará muchos beneficios para la salud del ejemplar. Si analizamos los costos que se generan cuando se propicia la reproducción de estos animales, veremos que son mucho más altos.

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