Delfines en cautiverio: por qué deberían desaparecer estos espectáculos

Aunque son varias las especies de delfines y ballenas en cautiverio, la mayoría son delfines nariz de botella, por lo que podemos enlistar algunas de las negativas de tenerlos en cautiverio basándonos en ellos.

Espacios de vida

En libertad, los delfines son muy hábiles y gustan de mantenerse siempre en movimiento, nadando hasta 60 km al día. Sus cuerpos son aerodinámicos y lo suave de su piel les permite alcanzar altas velocidades en el agua. Solo un 20% de su tiempo lo pasan en la superficie y llegan a bucear hasta 500 metros de profundidad, aguantando la respiración hasta por 20 minutos.

En cautiverio están muy limitados por el tamaño de sus tanques y nadan en círculos y solo se mantienen flotando en la superficie. La riqueza de plantas y animales del mar no es replicada en el tanque y están rodeados solo de cemento. Permanecen más tiempo afuera de la superficie de lo recomendable, atendiendo a los turistas que insisten en tocarlos, montarlos y subirse a ellos, lo que también lastima su piel.

¿Te has preguntado cómo aprendieron sus trucos? Pocas veces es de forma amable.

Seres sociables

En libertado la mayoría de los delfines pasan su vida en compañía de otros, formando manadas altamente organizadas. Son de los animales muy inteligentes y sociales, capaces de formar sus propios grupos cuando crecen y dejan el de sus padres. Para ellos, pertenecer a un grupo es muy importante y sienten y transmiten seguridad, amor y compañía.

Rara vez en cautiverio llegan a tener un grupo social, además sus acompañantes no son elegidos por ellos. A pesar de que varía la forma en que son capturados, en la mayoría es de forma violenta a través de redes que los separan de por vida de su grupo, lo que les genera un trauma y problemas en adelante por la pérdida tan repentina de lo único que conocen.

Agua de mar Vs agua tratada

Los delfines viven en agua salada, con infinidad de nutrientes que el mar provee. Cuando son encerrados, sus tanques de agua deben tener agua de mar tratada químicamente (al ser agua estancada, que no corre como la del mar, debe tener muchos procesos para mantenerse bien), comúnmente con cloro que lastima a mediano plazo su piel. A largo plazo los químicos utilizados pueden provocarles ceguera y afectarles internamente al ser constantemente ingeridos.

Las investigadoras, Yolanda Alaniz y Laura Rojas, escritoras del libro Delfinarios afirman que de 1997 a 2005, entre 20% y 25% de las muertes de delfines en cautiverio obedecieron a neumonías, estrés, infartos, traumatismos craneoencefálicos, obstrucción intestinal por ingestión de cuerpos extraños o asfixia.

El sonar del delfín

Los delfines cuentan con un sorprendente sonar natural para detectar peces, arrecifes de coral, predadores y otros delfines. Ellos se orientan por el sonido y continuamente “escanean” sus alrededores con frecuencias; es tan importante como la vista para nosotros.

Cuando viven en cautiverio, su sonar está muy limitado. No lo usan para cazar peces vivos, pues lo alimentan de pescado muerto, menos explorar el espacio submarino, pues su tanque es solo concreto pintado. Privar a los delfines de usar su sentido sensorial tan altamente desarrollado es uno de los aspectos más dañinos del cautiverio.

Entrenados, para divertirte

En libertad es la madre delfín la que le enseñará todas las habilidades para vivir en el océano: como evitar predadores, buscar alimento y cazar. Además aprenderán a comunicarse entre ellos a través de mímica y movimientos.

Llegando al cautiverio serán adiestrados por entrenadores para hacer trucos circenses. De su participación dependerá su comida y se terminarán volviendo dependientes de quien los entrena, lo que buscan este tipo de espectáculos. Esto tiene un efecto muy dañino e irreversible en los delfines, pues el realizar estos comportamientos artificiales, como dar golpes a una pelota o saludar al público, les hacen olvidar gradualmente sus comportamientos naturales.

Estos son solo algunos de los factores por los el cautiverio del delfín es un error y nosotros, como consumidores de ese “espectáculo” somos los únicos que podemos detenerlo. No participes en lastimar a un ser vivo.

Con información de animanaturalis.org

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