¡Mi gato se la pasa en el arenero!

La cistitis felina

MVZ Jacqueline Santiago Olvera

Cuando tenemos un gato por primera vez, nos asombra cómo de forma innata saben cómo usar el arenero, lo único que hacemos es llevarlo a su caja de arena y listo, los utilizan sin problemas.

Como propietarios sabemos con regularidad qué es lo normal porque día a día los limpiamos, incluso hay gatitos que si no está limpio el arenero, no les gusta entrar y sólo notas como deambulan por el área sin decidirse a entrar.

Comportamiento preocupante

¿Qué pasa cuando un día estás en el escritorio trabajando y observas que entra al arenero, rasca y se posiciona para orinar pero… no pasa nada? Transcurrida una hora o más vuelves a observar el mismo comportamiento una y otra vez y sigue sin poder lograrlo. Te levantas y con signos de preocupación observas escasas gotas de orina, y más angustia, cuando ves que hay manchas de sangre. Ahí sabes que algo malo está pasando.

En ese momento, acudes de inmediato con tu médico veterinario, al cual le comentas lo sucedido y después de una revisión te informa que tu mascota presenta una cistitis. La cistitis es la inflamación de la vejiga, cuyos signos clínicos le generan dolor, sangrado en la orina y necesidad para orinar con frecuencia.

Sin embargo, es necesario realizar estudios de laboratorio, radiografías y ultrasonido para diagnosticar el origen y con ello implementar el tratamiento específico. Algunas de las causas pueden ser de origen infeccioso (bacterias), irritativo por la presencia de cristales o piedras en la vejiga, presencia de tumores, así como de origen idiopático (sin causa aparente, como el estrés).

Causas de la cistitis

Te preguntarás ¿cómo el estrés puede influir para que mi gato tenga esto? Los gatos en diferentes procesos de estrés activan en el cerebro ciertas sustancias que de forma secundaria causan incremento a la sensibilidad al dolor, así como la contracción de los músculos de la vejiga, originando el desprendimiento del moco que recubre la pared interna de la misma, dejándola desprotegida.

Todos estos cambios químicos se generaron en su cuerpo por un simple cambio en su rutina, y contribuyeron para que no pueda orinar de forma normal.

Los gatos son una especie que sufren continuamente diversos procesos de estrés. Algunos ejemplos pueden ser la adopción de una nueva mascota, ruidos a los cuales no están acostumbrados (una construcción cerca de casa) o la presencia de visitantes a nuestro hogar.

Estrés felino

Todo esto genera estrés; es decir, prácticamente cualquier situación o modificación que se realice en su entorno o en los hábitos de nuestro felino puede generar que se desencadene todo este círculo de reacciones. Sin embargo, esto no quiere decir que nunca en la vida podrás cambiarte de casa o cambiarle la dieta, o la arena a tu felino.

Una manera en la que lo puedes ayudar es enriquecer el ambiente. ¿A qué se refiere esto? A proporcionar áreas donde pueda trepar, rascar y esconderse; a dedicarle tiempo para juego, ya que los gatos pierden el interés si el juguete es estático. Así mismo, existen en el mercado feromonas sintéticas, que proporciona una sensación de felicidad para que se sientan bien en casa y con esto podamos anticiparnos a los factores que les generan ansiedad.

Agua y alimentos correctos

Otra recomendación es colocar varias opciones de bebederos en toda la casa. Existen gatos que les gusta tomar agua en fuentes, ya el agua en movimiento lo hace más apetecible para ellos. También ayuda la utilización de varios areneros, sobre todo cuando hay más de un gato en casa.

Algo más que no podemos olvidar, es darles una buena alimentación, la cual ayude a corregir cualquier alteración que se refleje en sus resultados médicos. Por ello, siempre es recomendable que estés alerta ante cualquier cambio de comportamiento de tu mascota y hacer revisiones periódicas con tu médico veterinario que te orientará con respecto a la salud de tú compañero felino.

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