Si lo vacuno queda protegido… ¿ o no?

Muchos tienen la idea de que al vacunar a su mascota, esta queda protegida. En la práctica veterinaria sabemos que esto no sucede en todos los casos.

MVZ Samantha R. Hay-Parker F

Es importante conocer la diferencia entre vacunar e inmunizar: la primera, es el acto de administrar a través de diferentes vías (intramuscular, oral, subcutánea, intranasal, etc.) un elemento biológico (virus modificados, partículas virales, bacterias activas o inactivas) capaz de generar una respuesta para la formación de anticuerpos protectores a las enfermedades. La inmunización es la respuesta protectora que se espera al vacunar.

Vacunar o inmunizar

Entre la vacunación y la inmunización, existen factores capaces de evitar que se logre la respuesta protectora esperada en el paciente. De no desarrollarse esta respuesta, la mascota no estará protegida y enfermará al exponerse. Lo anterior es bien sabido por los médicos veterinarios y es por eso que siempre se realizan protocolos de vacunación individualizados y no es posible establecer un protocolo para todos los perros y todos los gatos.

Un ejemplo de lo anterior es la primovacunación en cachorros. Actualmente, los propietarios son cada vez más responsables y a menudo tienen al día el calendario de vacunación de sus mascotas. Por tanto, tenemos perras y gatas adultas con un número importante de anticuerpos que logran pasar esta protección a través del calostro a su descendencia.

¡Esto es muy bueno! Sin embargo, es fundamental tomar en cuenta que, si el cachorro desciende de una madre muy bien vacunada, es muy probable que la protección transitoria del cachorro (inmunidad pasiva), sea capaz de anular las vacunas que se le apliquen, en ocasiones hasta las 16 semanas de edad o más. Por ello, los refuerzos de las primeras vacunaciones en cachorros deben realizarse con intervalos de dos a cuatro semanas y no concluir hasta las 16 semanas de edad o más, previniendo que esos factores que interfieren en la inmunización del cachorro pongan en riesgo su vida.

Anticuerpos maternos

Por otro lado, no sólo los anticuerpos maternos pueden evitar la inmunización. Las enfermedades en general, pueden ser un factor que afecte la formación de anticuerpos y por ende la posibilidad de que la mascota, ya sea un cachorro, un perro adulto o viejo, quede protegida. Una correcta exploración clínica es esencial para determinar si la mascota puede ser vacunada en ese momento o es necesario esperar a tener más datos sobre su estado de salud y condición inmunológica.

Cuando decidimos traer a casa un nuevo miembro de la familia, ya sea un perro o un gato, adquirimos un compromiso a largo plazo. La adherencia a los protocolos tanto de medicina preventiva como terapéutica incide directamente en la calidad y pronóstico de vida de nuestras mascotas; por tanto, seguir al pie de la letra la recomendación de su veterinario, es clave para mantener una buena salud en nuestro compañero.

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