¿Qué son esos ruidos en su panza? (y gases)

MVZ EMCPG Claudia García Herrera, Responsable del área de Medicina Interna Hospital Veterinario Peques

Sí, a tu mascota le suena la panza y todo ese concierto (y hasta gases y olor), tienen una causa y un nombre especial. Por ejemplo, ¿sabías que el término científico para los ruidos estomacales o intestinales es borborigmo? Es un ruido provocado por el gas que se mueve a través del esófago, estómago e intestinos.

Cuando hay una acumulación excesiva de gas se le llama flatulencia, y hasta que sale a través del ano, se le llama flato. Pero si es expulsado del estómago, se llama eructo. Estas condiciones son más frecuentes en perros que en gatos, y se observan más en canes inactivos que viven interiores.

¿De qué están compuestos esos gases y cómo se producen?

La mayor parte son nitrógeno y oxígeno que derivan del aire deglutido, que cuando pasa a través de la sangre y gracias a las bacterias que ahí habitan se convierten en otros gases (dióxido de carbono y metano), que confieren ese olor tan poco agradable al flato.

La mayoría de los gases que entran en el aparato digestivo son durante la ingestión de agua o alimento, pero sobre todo cuando tu mascota lo hace de manera rápida o por competencia (para ganarle al otro su comida). Gran parte de ese aire que tragó lo va a eliminar a través del eructo, el resto pasa por los intestinos con una mínima absorción y lo demás es expulsado mediante el flato.

Gases, alimentos y mal carácter

La composición y el volumen del gas dependen de varias cosas, como la cantidad y variedad de nutrientes ingeridos, pero además del tipo y cantidad de flora bacteriana. Cuando se forma un gran volumen es por la fermentación bacteriana y ciertos alimentos ingeridos, como fibras, carbohidratos o proteínas poco digeribles. Por ejemplo, si tu can comió legumbres (chícharos, soya), o verduras crucíferas (col, brócoli, coliflor, coles de Bruselas, rábano, nabo).

Su temperamento puede tener mucho que ver con la acumulación de gas; si es muy nervioso, jadea mucho, traga mucho aire (aerofagia), o incluso si es de los que tienen hábitos alimentarios agresivos o competitivos, esto hará que coma súper rápido y trague demasiado aire.

¿Pueden ser peligrosos los gases?

Cuando la cantidad de gas es excesiva puede haber problemas como distensión abdominal, dolor abdominal, vómitos, diarreas y pérdida de peso. Si tu can presenta cualquiera de estos signos puede ser indicativo de una enfermedad gastrointestinal más seria, como un proceso de mala digestión, afecciones en el páncreas, enfermedades inflamatorias intestinales, intolerancias o alergias alimentarias, e incluso alteraciones en los movimientos intestinales ocasionadas por ingerir cuerpos extraños. Hasta aquí las malas noticias. En realidad en la mayoría de los casos la dieta y la cantidad de alimento suministrada tienen mucho que ver con el volumen de gases acumulados. Es necesario que en conjunto con tu veterinario determinen la porción, la frecuencia de alimentación y la forma de ofrecer la comida a tu peludo.

Tips para reducir gases (y riesgo)

  • 1. Aliméntalo con dietas más digeribles: esto reduce los residuos alimentarios disponibles para la fermentación bacteriana. Su dieta no debe contener cantidades excesivas de fibra altamente fermentable (evita las dietas vegetarianas). Toma nota: las dietas que contienen arroz como fuente principal de carbohidratos pueden producir menos gas. ¿Deberías darle suplementos vitamínicos o minerales? Si no lo requiere, no: pueden aumentar la actividad de las bacterias intestinales.
  • 2. Dale varias comidas pequeñas: funciona para algunos de estos problemas, así como el uso de comederos interactivos, que son platos con una especie de laberinto que ayuda a que tu canino voraz coma despacio.
  • 3. Ejercítalo regularmente: esto también resulta benéfico, ya que el ejercicio estimula los movimientos intestinales y la defecación.
  • 4. Tratamiento farmacológico: sólo en caso de que lo anterior no dé buenos resultados, tu vet considerará esta opción con la finalidad de reducir o controlar la cantidad de gas o el mal olor del flato. Siempre debe ser bajo prescripción veterinaria.

Toma en cuenta que en la mayoría de canes y mininos los gases y las flatulencias pueden controlarse con éxito sólo con cambios en sus dietas. Si tu mascota presenta gases, ruidos intestinales (borborigmos) y flatulencias, es importante acudir con tu dogtor de confianza, ya que como mencionamos, las causas pueden deberse a problemas más serios que pueden poner en riesgo la salud e incluso la vida de tu amigo peludo.

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