¿Por qué a los gatos les gusta estar en lo alto?

MVZ Mish Castillo

Quienes hemos tenido el placer de convivir con un gato sabemos que les gusta trepar a todo: a los muebles, al refri, a los árboles… ¿Te has preguntado a qué se debe esta conducta?

Los gatos domésticos y los silvestres tienen garras, músculos y huesos que les permiten escalar y llegar a diferentes alturas. Esta conducta de trepar se debe, en parte, a que buscan estar en un sitio donde puedan vigilar sus alrededores, evitando ser cazados por depredadores más grandes como coyotes, zorros o águilas (o a veces, hasta por sus hermanos perrunos o por niños). Así que trepando a un lugar alto obtienen una vista panorámica donde pueden mantenerse seguros… y también tomar una siesta.

Otra de las razones por la cual escalan es para tener un sitio dónde esconderse. El hueco de un árbol, una cueva entre las rocas, e incluso una caja de cartón encima de unas repisas, pueden servir como refugio.

Sólo por mero instinto

Para los peluditos en casa, esconderse de los depredadores o buscar un escondite es algo instintivo. Esto quiere decir que es un comportamiento natural y que lo llevan a cabo sin importar si viven dentro de una casa o departamento, en vez de estar afuera. Ahora bien, toma en cuenta que cuando habitan dentro de los hogares, su territorio es mucho más pequeño que si vivieran en exteriores.

Subirse a los muebles o a sus árboles para gatos, es similar a añadir un segundo o incluso un tercer piso a su territorio: tienen más espacio para moverse. Ahora que hemos vivido semanas de encierro debido a la pandemia, se puede entender cómo se sienten los michis al estar encerrados en casa. Si alguien te ofreciera construir un tapanco o un segundo piso en tu hogar sería fabuloso, ¿no? Pues cuando le permites a tu gathijo la opción de trepar a diferentes alturas, le estás regalando “pisos extra” a su área.

Cuáles son los lugares idóneos

La realidad es que los mininos no necesitan árboles o montajes en paredes especialmente diseñados para ellos que, aunque son bonitos, pueden ser caros. Basta con dejarles libre una repisa en un librero (¡la más alta!), permitirles subir al refrigerador, a la lavadora o a muebles que no te preocupen, o construirles un espacio tú mismo.

Si eres habilidoso, incluso puedes hacerles castillos con cajas de cartón reutilizadas; también puedes destinar un mueble de segunda mano para este fin y adaptarlo para que lo usen ellos. Un punto importante a considerar es que debes tener especial cuidado de que los sitios altos sean seguros para tus michis y no haya riesgo de caídas.

No les permitas estar cerca de ventanas abiertas, balcones o azoteas, ya que pueden caerse y sufrir fracturas y otras lesiones severas. Por todo lo anterior, es básico que les ofrezcas sitios seguros donde puedan trepar. Dependerá de ti el permitirles subirse a todos los muebles o solamente a ciertos lugares.

En este último caso, requerirá de un poco de paciencia y algunos ejercicios para que les enseñes dónde sí y dónde no. Si tienes dudas sobre cómo hacerlo, no dudes en consultar a un veterinario especialista en etología conductual para que te ayude.

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