¿Cuándo debo premiar a mi doggy?

Heather Beach

Sé que la alegría que te produce ver a tu cachorro moviendo la colita, portándose bien, o sentándose suplicante para pedir comida, te hace darle un premio. ¿Hay algo de malo en ello? Aparentemente no, pero también se traduce en un desbalance en su dieta que pone en riesgo su salud. Veamos por qué.

Premios y… calorías

La Dra. Deborah Linder, nutricionista veterinaria de la Clínica de Obesidad para Animales de Compañía de la Universidad Tufts, en Massachusetts, advierte a los tutores de mascotas sobre este tipo de productos saludables y golosinas:

“Las dietas (…) y premios con diferentes aditivos, deben utilizarse bajo la supervisión de un veterinario, ya que pueden ser detonantes para el desarrollo de otras enfermedades. Además, deben darse de forma limitada, de manera que no se puede esperar que generen beneficios importantes en la salud de su perro”.

Según las recomendaciones de Linder, no debes dar a tu canito más del 10 % total de calorías diarias en premios o golosinas.

Claro, si tienes más de uno y son de diferente tamaño, esto puede ser complicado: si por ejemplo tienes uno pequeño (de unos 6 kg), y otro robusto de 40 kg (que es ocho veces el tamaño del chico), la ingesta de calorías de uno y otro variará enormemente. Y si tomas en cuenta el 10 % del total de calorías, la asignación de premios para el chiquito puede ser de una galleta, y unas ocho para el grandote.

Pero ojo: incluso un sólo premio para tu enano puede superar la cantidad de calorías que necesita al día. Lo mejor es que consultes con tu vet sobre las necesidades calóricas de cada uno, y así calcules bien la asignación diaria de comida y premios (¡sin pasarte del límite!).

¿Ya leíste lo que contiene?

Al comprar premios (y alimentos) para perros, sigue el mismo sentido común que al hacer compras para tu familia, como ver la lista de ingredientes. Si son cosas no reconocibles o que no puedes pronunciar, tal vez no sea un premio adecuado.

Además, tu can tiene un paladar diferente al tuyo: seguramente no se te antojará una oreja deshidratada de res para la cena (un premio súper común en tiendas de mascotas), pero para tu amiguito será como un filete mignon. No olvides que tu dogtor, además es dentista, farmacéutico y nutriólogo, así que pregúntale sobre las necesidades nutricionales de tu can, que variarán según su edad, raza, nivel de actividad y otros factores. Él te dará los mejores consejos sobre qué tipo de premios son los mejores.

Cuándo sí y cuándo no darle premios

El momento ideal para darlos es entre comidas, pero aprovecha para entrenar de paso a tu perro. Como regla general, guarda los mejores hasta el final, para volver a “engancharlo” si comienza a perder interés en la sesión de entrenamiento. Eso sí, si usas premios como herramienta de formación, un premio no funcionará bien justo después de que haya comido (a menos que el tuyo sea de los glotones que todo devoran).

Y debes dárselo sólo cuando haga justo lo que quieres. ¿Qué tal si pruebas con este ejercicio básico para que aprenda la orden “sentado”?

  1. Sostén el premio entre el índice y el pulgar. Deja que tu cachorro lo huela y sepa que está ahí, siguiendo esta regla: primero la nariz, luego los ojos y después los oídos. Porque cuando se compromete su nariz, se apela a la parte más importante de su cerebro, y es más factible que te entienda.
  2. Mientras olfatea el premio, levanta la golosina por encima de la nariz y pásala gradualmente a lo largo de su cabeza, hacia atrás y hacia los hombros. El objetivo es que levante la cabeza, mueva los hombros hacia atrás y, de forma natural, ponga la cola en el suelo.
  3. Si llega a saltar a tu mano, evita que alcance el premio. Para ello debes colocar la mano más cerca de su cabeza. En el momento en que comience a seguir el premio con la nariz y los ojos y se siente, dile con calma la palabra “sentado” (¡pero sin distraerlo!), y dale su bien ganado premio.
  4. Una regla importante es no que no pierdas la paciencia y seas claro. Quizá no haga las cosas a la primera, pero con unas cuantas repeticiones entenderá lo que esperas de él para ganar su premio; él estará feliz de complacerte y de ganar una golosina, así que no desistas.
  5. Finalmente, no sobrepases el número de golosinas permitidas al día, así que toma en cuenta lo ya mencionado. De ser necesario, vale la pena que cortes un premio en varios pedacitos.

Ejercicio y disciplina por encima del afecto

Los premios son una forma de afecto, pero también tus apapachos y buenos momentos. Un rico bocadito debes darlo en el momento adecuado y por las razones correctas, ya que si no es así puedes confundir a tu canito si no eres coherente en la forma de administrarlos. Esto significa que si se los das siempre, no lo identificará como un mérito a su esfuerzo y los pedirá en todo momento.

Así que si se porta bien o hace lo que le pides, hay muchas formas de demostrarle tu alegría, por ejemplo, con tu voz amable y satisfecha y tus caricias, porque las golosinas no son la única recompensa.

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