Cómo presentar a tu bebé con un compañero peludo

Dra. Claudia Edwards
Humane Society International México
FMVZ – UNAM

Supongamos que tienes un perro o gato adulto en casa y te enteras de que vas a ser mamá o papá. Eso va a traer muchos cambios en casa, llantos, olores, cambios de horarios, de muebles y visitas, en fin. El perro (y más un gato) puede llegar a resentir mucho estos cambios, sobre todo si era el consentido de la casa y ahora será “desplazado”.

Sin intención de humanizar, es muy semejante a lo que pueden llegar a sentir los niños cuando llega un hermanito… pero con la diferencia de que durante el embarazo se les va explicando y preparando sobre dichos cambios. La buena noticia es que sí puedes ir acostumbrando a tus peludos siguiendo los siguientes consejos, aunque debes saber que la ayuda de un veterinario etólogo nunca está de más y en muchas ocasiones es muy necesaria.


Recuerda: durante los últimos meses del embarazo debes tratar de hacer simulacros de cómo piensan (junto con tu pareja, familia o red de apoyo) que cambiará la vida en casa, y con base en esto tomar decisiones importantes, sentarse y escribir las nuevas normas, y dentro de ellas lo que estará permitido que el perro o gato haga (¡y lo que no!), así como las consecuencias de ambas conductas.

REGLAS
Ejemplo de reglas que puedes implementar con tu PERRO:
– Regla:
el cuarto del bebé permanecerá abierto para escucharlo por si llora. Pero Laika no podrá entrar a esta habitación nunca.
Meta: enseñar a tu mascota a no entrar a ese cuarto aun con la puerta abierta. – Cómo hacerlo: mediante ejercicios específicos con la siguiente mecánica. Déjale puesta la correa y si Laika entra, de ahí la sujetas, la sacas de la habitación y le das una orden (“afuera”). Una vez que salga, prémiala con algo sumamente apetecible para ella. Este ejercicio lo repetirás cuantas veces sea necesario; si no hay nadie en casa, esa puerta deberá permanecer cerrada.

Con tu GATO es muy fácil: pon un sensor de citronella, el cual se activa cuando pase; asperja un poco y aprenderá a no entrar ahí. También puedes hacer lo mismo que con tu canito, aunque si tu minino no está acostumbrado a la correa, se puede prescindir de ella. Lo más importante es que premies que esté fuera de la habitación.
Importante: si tu cachorro entrase a ese lugar, lo sacarás con voz firme (¡no golpes, ni gritos!). Y si se queda afuera, lo premiarás.


PUNTOS CLAVE PARA TENER ÉXITO

Esto debes hacerlo con cada aspecto de la nueva rutina o nuevas reglas, recordando siempre que el éxito depende de la constancia y la consistencia. Es decir, siempre que tu mascota realice una conducta apropiada, recibirá la misma respuesta de parte de todos los miembros de la familia. Por eso estas reglas se deben hacer en consenso con todos los integrantes.

Algunos puntos importantes a considerar en las normas pueden ser:
• A cuáles habitaciones pueden o no entrar los peludos.
• Si pueden o no subir a la cama (y si ya lo hacían, si podrán seguir haciéndolo).
• Enseñarle a tu cachorro a no tomar los juguetes de tu bebé.
• Si es un michi, enseñarle a no subirse a la cuna.


Otro ejercicio básico es que los acostumbres al llanto de tu pequeño. Esto lo logras poniéndoles sonidos de bebés llorando a un volumen muy bajo mientras juegas con ellos; verás que poco a poco, y a lo largo de los días (incrementando el volumen gradualmente), relacionarán ese ruido del hermanito humano con una situación muy agradable (como jugar). Entonces cuando escuchen el verdadero llanto, ya estarán acostumbrados a esta situación.

ENTRENANDO CON UN BEBÉ DE JUGUETE
La presentación comienza desde antes también. Yo te aconsejo que consigas una muñeca para el siguiente ejercicio, donde presentarás al “bebé” y su olor para quitarle un poco de la curiosidad a tu can o a tu minino, además de acostumbrarlo a que recibirá menos atención.

Baña al muñeco con los productos que va a usar, ponle su ropa que ya tienes (la que te regalaron en el baby shower es perfecta), envuélvelo en una cobijita, háblale y cárgalo como si fuera el de verdad, lo cual provocará curiosidad en tu mascota.

Después, acércaselo para observar sus reacciones; si se porta bien (no gruñe, lo lame o lo ignora), prémialo; pero si trata de morderlo o le gruñe, dile que no lo haga. En este último caso recomiendo busques ayuda de un veterinario especialista en conducta con quien harás una terapia más específica para adaptar a ambos.

Si tu perro o gato reaccionó bien (con el bebé quieto), después debes poner el llanto grabado y mover al muñeco sorpresivamente. Si tu perro o gato se comporta tranquilo, lo debes premiar.

Acostúmbralo poco a poco a que cuando estés con tu nene no recibirá tanta atención, pero sí dale mucha cuando esté lejos de ti, tranquilo y relajado; de esta manera le enseñarás a ser más independiente y a demandar menos atención cuando el chiquito ya esté presente.

CUÁNDO EMPEZAR
Una vez que llegue tu nene a casa, será tu decisión cuándo presentarlo formalmente. Hay quienes lo hacen desde el primer día, pero otros prefieren esperar a que esté un poco más grandecito. De nuevo, si tienes dudas expónle a un experto tu situación particular. Lo que es imperante es que la presentación sea absolutamente positiva, ¡ya has venido preparando a tu canito o minino para este momento, así que nadie se ponga tenso!

La situación ideal sería trabajar con el perro o el gato para aceptar a los niños desde que son cachorros, con el pensamiento de que en algún momento de los siguientes 16 años (que es lo que pueden llegar a vivir), puede haber niños pequeños en casa: los tuyos, tus sobrinos, nietos o hasta visitas.

Por eso es sumamente importante socializar a los cachorros de las cuatro a las 12 semanas, y a los mininos de las dos a las ocho semanas de vida, ya que aunque no haya ni vaya a haber niños, al salir a pasear al parque seguramente se encontrará con muchos de ellos. Y si tu canito socializa con los peques desde este momento, pues todo será más fácil. De hecho, hacer este plan con perros de talla grande es esencial para evitar accidentes.


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