La llegada a casa de un nuevo gatito es un acontecimiento especial y excitante para toda la familia… ¡menos, probablemente, para tu gato adulto!
No importa lo bueno que sea, tu gato sigue siendo un gato, y por lo tanto es territorial por naturaleza y conoce su lugar dentro de un estricto orden de jerarquía. La llegada de otra preciosa bola de pelo a su territorio podría desencadenar todo tipo de reacciones negativas:
- Celos, porque el recién llegado atrae de repente toda la atención.
- Malestar, porque los gatos son especialmente quisquillosos con la limpieza de su bandeja.
- Agresión y mal humor, porque un irritante jovencito se empeña en estar encima de él a todas horas.
Tal es el caso de Juana Torres Ezcurra, que comparte una linda imagen de sus gatos tumbados en el sofá.
“ Son Neko y Neska. Primero llegó a casa Neko, un precioso y redondo gato British blue, tranquilo y bueno. A los dos años nos encontramos con una gatita blanca huérfana, en el pueblo de Lérida en el que veraneamos. Llegó a casa y Neko tuvo gran paciencia, porque no siempre es fácil que convivan dos gatos que llegan en distintos momentos a una casa”, comenta la autora de la imagen.